Macroencuestas.

1. Carrado, M., George, M. J., Loxam, E., Jones, L., & Templar, D. (1996). Aggression in British heterosexual relationships: a descriptiveanalysis. Aggressive Behavior, 22, 401-415.La agresión en las relaciones heterosexuales en Gran Bretaña: un análisis descriptivo. (En una muestra representativa de británicos <984 hombres y 971 mujeres> se concluyó, usando una versión modificada de la CTS, que el 18% delos hombres y el 13% de las mujeres manifestaban haber sido víctimas de violencia física en algún momento de sus relaciones heterosexuales. Específicamente, respecto a las relaciones actuales, el 11 % de los hombres y el 5 % de las mujeres reportaron haber sido víctimas de unaagresión de su pareja.

2. Cascardi, M., Langhinrichsen, J., & Vivian, D. (1992). Marital aggression: Impact, injury, and health correlates for husbands and wives.Archives of Internal Medicine, 152, 1178-1184. Agresión conyugal: Impacto, heridas y correlaciones para maridos y esposas. (Se examinaron 93 parejas que habían acudido en busca de terapia de pareja. Se llegó a la conclusión, usando la CTS e informaciones complementarias que el 71 % de la muestra reportó al menos un incidente de agresión física en el año anterior.En tanto que hombres ymujeres se mostraban igualmente proclives a emplear la violencia, las mujeres reportaban daños más graves. La mitad de las esposas y dos terceras partes de los esposos manifestaron haber salido indemnes tras la agresión, pero las esposas sufrían más heridas en el curso de agresiones leves).

3. Kalmuss, D. (1984). The intergenerational transmission of marital aggression. Journal of Marriage and the Family, 46, 11-19. La transmisión intergeneracional de la agresión matrimonial. (En una muestra representativa de 2,143 adultos se pudo verificar que la tasa de agresionesgraves de maridos contra esposas es del 3.8%, en tanto que la tasa de agresiones graves de esposas contra maridos es del 4.6%.)

4. Makepeace, J. M. (1986). Gender differences in courtship violence victimization. Family Relations, 35, 383-388. Diferencias por sexo en lavictimización acontecida en casos de violencia en el noviazgo. (Una muestra de 2,338 estudiantes <1,059 hombres, 1,279 mujeres> de siete facultades fueron investigados acerca de su experiencia con la violencia en los noviazgos. Dicha violencia había sido experimentada por el16.7 % de los entrevistados. Los autores declaran que las "tasas de comisión de actos y de iniciación de la violencia eran similares por sexos". En términos de heridas, tanto los hombres (98%) como las mujeres (92%) declararon que los efectos de la violencia sufrida eran "nulos o suaves".

5. Maxfield, M. G. (1989). Circumstances in supplementary homicide reports: Variety and validity. Criminology, 27, 671-695. Circunstanciasen informes suplementarios de homicidio: Variedad y validez. (El estudio examina datos de homicidio de los archivos del FBI entre 1976 y1985. Muestra que 9,822 esposas y parejas de hecho de sexo femenino <57%> fueron asesinadas, comparado con 7,433 esposos y parejasde hecho de sexo masculino <43%>).

6. McLeod, M. (1984). Women against men: An examination of domestic violence based on an analysis of official data and nationalvictimization data. Justice Quarterly, 1, 171-193. Mujeres contra hombres: un examen de la violencia doméstica basado en un análisisde los datos oficiales de ámbito nacional de victimización. (De una base de datos de 6,200 casos de abusos conyugales en el área deDetroit entre 1978 y 1979, se halló que los hombres agresores usaban armas en un 25% de los casos, en tanto que las mujeres agresoras lasutilizaban en un 86%; el 74% de los hombres padecieron heridas, y de estos, el 84% requirieron atención médica. Concluye el estudio con quelas víctimas de sexo masculino resultan heridos de mayor consideración y con más frecuencia que las víctimas femeninas).

7. Mercy, J. A., & Saltzman, L. E. (1989). Fatal violence among spouses in the United States, 1975-85. American Journal of Public Health, 79,595-599. Violencia mortal entre esposos en los Estados Unidos, de 1975 a 1985. (Se tomó como punto de partida el examen de las cifrasdel FBI sobre homicidios conyugales. Durante los diez años que transcurren entre 1975 y 1985 se han observado tasas mayores de esposasasesinas que de hombres asesinos de sus parejas <43.4% vs 56.6%>. Los esposos de raza negra alcanzaban los mayores índices de riesgo de victimización. Los uxoricidios entre negros eran 8.4 veces más numerosos que los que se daban entre blancos. Las tasas de uxoricidio eran 7.7 veces más altas entre matrimonios interraciales, y el riesgo de convertirse en víctimas tanto de blancos como de negros se incrementaba cuanto mayor era la diferencia de edad entre los cónyuges. Las mujeres y los maridos reunían las mismas probabilidades de morir por arma defuego <aproximadamente el 72% de los casos> en tanto que los maridos tenían mayores posibilidades de ser apuñalados y las esposas demorir apaleadas. Las discusiones aparentemente indujeron al asesinato al 67% de los cónyuges homicidas.

8. Mihalic, S. W., & Elliot, D. (1997). A social learning theory model of marital violence. Journal of Family Violence, 12, 21-46. Un modelo teórico de aprendizaje social sobre la violencia conyugal. (Basado en los datos de la Encuesta Nacional de la Juventud <véase Morse, 1995> se sometió a investigación un modelo de aprendizaje sobre la vielencia conyugal. Para los hombres, la condición étnica, la victimizaciónprevia, la tensión emocional y la satisfacción conyugal predecían tanto la comisión como la experimentación de violencia leve. En cuanto a laviolencia grave, eran la condición étnica, la clase social y las actitudes reflejadas en el rol sexual las que predecían la perpetración de violenciaconyugal. Para las mujeres, el factor de predicción más importante de la violencia conyugal tanto leve como grave era la satisfacción conyugal, si bien la clase social también era un elemento de predicción. En relación a las mujeres que perpetraban violencia conyugal, el haberpresenciado violencia parental era un factor de predicción importante junto con la clase social y la satisfacción conyugal. El modelo deaprendizaje social se mostró más efectivo para mujeres que para hombres.)

9. Morse, B. J. (1995). Beyond the Conflict Tactics Scale: Assessing gender differences in partner violence. Violence and Victims, 10 (4)251-272. Más allá de la Escala de Tácticas de Conflicto: comprendiendo las diferencias por razón de sexo en la violencia conyugal.Violencia y víctimas. (Los datos se analizaron a partir de los obtenidos de la Encuesta Nacional de la Juventud, mediante un estudio longitudinal emprendido en 1976 , con 1,725 indivíduos que fueron seleccionados de una muestra significativa de hogares de Estados Unidos y que en 1976 tenían entre 11 y 17 años. Este estudió, que empleó la técnica de la CTS, se centró en la violencia entre hombres y mujerescasados o cohabitando durante los años de la investigación: 1983 <n=1,496>, 1986 <n=1,384>, 1989 <n=1,436>, and 1992 <n=1,340>. Paracada uno de los años, la prevalencia de las tasas de cualquier tipo de violencia y también de violencia grave eran significativamente mayorespara las mujeres contra los hombres que para los hombres contra las mujeres. Por ejemplo, en 1983 la tasa de violencia de hombres hacia mujeres era de 36.7, en tanto que la de mujeres hacia hombres era de 48; in 1986, la tasa de violencia grave de hombres hacia mujeres era del 9.5, siendo la tasa de violencia grave de mujeres hacia hombres del 22. En 1992, la tasa de violencia en general de hombres hacia mujeres era del 20.2, con una tasa de violencia grave del 5.7; entretanto, la tasa de violencia en general de mujeres hacia hombres era del 27.9. con una tasa de violencia grave del 13.8. El autor destaca que el descenso de la tasa de violencia a lo largo del tiempo es atribuible a la mayor edad delos indivíduos analizados. Los resultados revelan <p. 163> que "las mujeres denunciaron más del doble de las veces a sus cónyuges poragresión durante el año siendo falsa la agresión". En 1986 en torno al 20% de hombres y mujeres denunciaron que las agresiones habían causado heridas físicas. En otros años, las mujeres se mostraban más proclives a denunciarse por haber causado heridas).

10. Rouse, L. P., Breen, R., & Howell, M. (1988). Abuse in intimate relationships. A Comparison of married and dating college students. Journal ofInterpersonal Violence, 3, 414-429. El abuso en las relaciones íntimas. Una comparación de estudiantes en situación de noviazgo y de casados. (Usada una muestra de 130 universitarios casados (48 hombres, 82 mujeres) y 130 universitarios en situación de noviazgo (58 hombres, 72 mujeres) manifestaron su experiencia de abusos físicos en el curso de sus relaciones íntimas. Los hombres eran más propensosa denunciar haber sido víctimas de abusos físicos que las mujeres tanto entre la muestra de casados como en la muestra de novios.

11. Sommer, R. (1994). Male and female partner abuse: Testing a diathesis-stress model. Unpublished doctoral dissertation, University ofManitoba, Winnipeg, Canadá. Conflictos de pareja, hombres y mujeres: probando un modelo diatésico. (El estudio contó con dos olas: la primera entre 1989 y 1990 incluyó una muestra elegida al azar de 452 mujeres casadas o cohabitantes y 447 hombres casados o cohabitantes de Winnipeg, Canadá; la segunda ola fue entre 1991 y 1992 e incluían 368 mujeres y 369 hombres, todos los cuales habían participado en la primera ola. Los individuos completaron la CTS y otros instrumentos de consulta. El 39.1% de las mujeres declararon ser agresoras físicas (el16.2% reportando haber perpetrado violencia grave) en algún momento de su relación con su pareja varón. Paralelamente, el 26.3% de los hombres declararonser agresores físicos (el 7.6% reportando haber perpetrado violencia grave) en algún momento de su relación con su pareja mujer. Entre losperpetradores de abuso contra su pareja, el 34.8% de los hombres y el 40.1% de las mujeres declararon haber contemplando a sus madrespegando a sus padres. Los resultados indican que el 21% de los varones y el 13% de las mujeres de estas parejas requirieron atención médica como resultado de un incidente de abuso de su pareja. "Los resultados también indican que el 10% de las mujeres y el 15% de los hombresperpetraron abusos contra su pareja en defensa propia".)

12. Straus, M. A., & Gelles, R. J. (1986). Societal change and change in family violence from 1975 to 1985 as revealed by two national surveys.Journal of Marriage and the Family, 48, 465-479. Cambios sociales y en la violencia familiar entre 1975 y 1985 conforme a lasconclusiones de dos investigaciones nacionales. (Se revisaron datos de dos extensas muestras de investigaciones sobre violencia familiaren parejas casadas, y se sintetizó que los hombres y las mujeres se agreden mutuamente en tasas similares, estando las mujerescomprometidas en actos leves de violencia en una escala mayor que los hombres. El tamaño de la muestra en 1975 fue de 2143 personas, yde 6002 en 1985.)

13. Straus, M. A., Kaufman Kantor, G., & Moore, D. W. (1994, August). Change in cultural norms approving marital violence from 1968 to 1994.Paper presented at the American Sociological Association, Los Angeles, CA. Cambios en las normas culturales que aprobaban laviolencia conyugal desde 1968 hasta 1994. El documento fue presentado en la Asociación de Sociología de América, en Los Angeles, California. (Comparaba estudios dirigidos en 1968 <n=1,176>, 1985 <n=6,002>, 1992 <n=1,970>, and 1994 <n=524>, en relación con laaprobación del abofeteo por parte de un cónyuge.La aprobación por parte de los maridos ha decrecido del 21% de 1968 hasta el 13% en 1985,al 12% en 1992 y al 10% en 1994. La aprobación del abofeteo por parte de las mujeres era del 22% en 1968 y no ha decrecido en todo estetiempo.)